En nuestro jardín existen un numeroso grupo de insectos conviviendo con nuestras plantas (pulgones, cochinillas, hormigas, grillos, langostas, etc.), esto se mantiene en armonía hasta que se produce algún desequilibrio. Por ejemplo, cuando las hormigas se comen todos los brotes tiernos del rosal, o cuando aparecen manchones amarillos, producidos por grillo topo en nuestro verde césped.

Cuando estos insectos proliferan más de lo debido y se convierten en plagas, es necesaria la intervención del hombre para tratar de recomponer el justo equilibrio. Es importante tener en cuenta que es imposible el exterminio de una especie, pero si es posible su control en el tiempo.

Es por ello que ante la aparición de una determinada plaga en nuestro jardín, es importante contactarse con gente capacitada que pueda resolver el problema utilizando todas las herramientas disponibles para lograr un efectivo control.